Estructura y forma del acuario
Largo y estrecho, alto y corto, acuarios solo de cristal o con armazón?
Además del tamaño, la forma de su acuario tampoco es solo una cuestión de gustos. Los peces rápidos que nadan mucho, como los peces arcoíris, necesitan un acuario más alargado que los peces más tranquilos como los peces disco, los cuales necesitan un acuario con cierta altura y profundidad. En los comercios especializados le asesorarán de las necesidades de sus «peces preferidos» en cuanto al formato del acuario.
Cuando se empezó a mantener animales acuáticos en casa o en el trabajo (los romanos ya mantenían en cautividad peces marinos destinados al consumo humano, como las morenas), los estudiantes y los eruditos solían mantenerlos y observarlos en recipientes de cristal generalmente redondos. Los primeros «acuarios» solían ser simples recipientes de vidrio prensado. Más adelante se empezaron a usar urnas con marcos, cuyos cristales se pegaban con masilla de vidriero y, posteriormente, con masilla de vidriero mezclada con minio de plomo.
Altura y profundidad de un acuario
La longitud y la altura proporcionan la primera impresión de su acuario, similar al tamaño de un cuadro colgado en la pared. Por eso, quizá prefiramos tener un acuario muy alto. Pero cuanto más alto sea el acuario, más complicada será la iluminación y, con ella, el cuidado de las plantas (o de los corales en el caso de los acuarios marinos). Incluso con lámparas LED modernas, las plantas de acuario son difíciles de cuidar en acuarios con una altura superior a 70 cm, por lo que es preferible seleccionar especies de plantas que no requieran mucha luz.
La profundidad, es decir, de delante hacia la pared de atrás, es importante para la decoración bonita del acuario. Cuanto más profundidad tenga el acuario, más espacio tendrá para decorarlo. Si con un acuario de 100 cm de longitud tiene que elegir entre 40 o 50 cm de profundidad, recomendamos que elija siempre el de 50 cm. Pronto notará las ventajas del acuario de 50 cm cuando empiece a colocar las piedras y la madera.
¿Acuario abierto o cerrado?
Un acuario abierto por arriba tiene un encanto especial: puede introducir plantas palustres que sobresalgan del acuario por arriba y ofrezcan una imagen preciosa. El acuario abierto también tiene la ventaja de poder acceder a él fácilmente para mover una piedra en un momento o volver a plantar una planta. El gran inconveniente es la elevada tasa de evaporación. Tendrá que rellenar agua todos los días para mantener constante el nivel del agua o montar incluso un sistema automático de rellenado. Sin embargo, no es aconsejable rellenar con agua corriente, sino que necesitará agua de ósmosis (agua desmineralizada) para rellenar. Dado que solo se evapora el agua pura (H2O y los minerales permanecen en el acuario y su concentración va aumentando, solo se puede agregar agua sin minerales. La humedad atmosférica es demasiado baja en muchas habitaciones y puede aumentarse a unos niveles saludables gracias a un acuario abierto.
Un acuario con tapadera es más fácil de cuidar. Aquí también se evapora un poco de agua, pero solo en pequeñas cantidades que se vuelven a compensar cuando se cambia parcialmente el agua cada dos semanas. Si utiliza lámparas colgantes, tenga cuidado de no deslumbrar a ninguna persona sentada en la habitación. Una tapadera cerrada con tubos fluorescentes o LED sería casi siempre la variante más fácil y menos problemática. Existe otra posibilidad: algunos acuarios con tapadera no disponen de cristal superior, sino de unas placas que cubren por encima de las lámparas. En este caso también se produce poca evaporación, y el agua evaporada se condensa en la cara interior de la tapadera.